En 1987 un grupo de Voluntarias Vicentinas notó que las personas de escasos recursos, del interior de la República Mexicana, que eran diagnosticados con alguna enfermedad, eran enviados a los institutos de tercer nivel en la Ciudad de México para atenderse, enfrentándose a gastos fuera de todas sus posibilidades. La gran mayoría de estas personas afrontaba condiciones de vida muy duras, pues no lograban cubrir las necesidades básicas como un lugar digno para descansar, comer balanceadamente y contar con acceso a aseo personal o lavar su ropa.

Por ello en decidieron apoyar a esta población vulnerable ofreciendo albergue, comida y servicios de aseo personal dignos a muy bajo costo. Así, en 1988 inició la labor de Voluntarias Vicentinas, a través de un albergue con 10 camas y 5 voluntarias, a los tres meses se contaba con 20 camas, 15 voluntarias y 2 religiosas, pues la demanda nos las obligó a crecer y a construir un lugar con mayor capacidad.

Actualmente contamos con 143 camas y ofrecemos un servicio integral a las personas usuarias con un bajo costo económico, la cuota de recuperación que cubren a su ingreso incluye hospedaje, tres comidas balanceadas al día, servicios básicos de higiene como baño con agua caliente, ropa de cama limpia y una zona de lavaderos para su ropa personal. Adicional a la estancia temporal, también se les brinda apoyo con medicamentos y acompañamiento tanatológico. 

Le extendemos una atenta invitación para que conozca nuestras instalaciones, así como la noble causa que hacemos.